¡Hari Om!

Después de un intenso mes de profundo aprendizaje en la Bihar School of yoga, quiero compartir con ustedes mi experiencia en el Progressive Yoga Vidya training.

 

Todos los años desde el 2010 mi esposo YogaBrahmananda ( Fernando Calviño) y yo tratamos de viajar a la India a la escuela de nuestro maestro espiritual a llenarnos de inspiración para poder luego compartir esa inspiración con nuestros alumnos y la comunidad yóguica de Buenos Aires y Sudamérica.

 

He tenido la suerte de: primero, encontrar a mi esposo, quien ya seguía ésta tradición hace 30 años y quién me presentó a nuestro maestro espiritual Swami Niranjananda Swaraswati quien ilumina nuestro camino, guía nuestro desarrollo espiritual y nos llena de inspiración y motivación para crecer constantemente; conectándonos con las raíces, mostrándonos la verdadera tradición ancestral del yoga y el profundo impacto que puede tener en nuestra vida diaria si se aplica de forma correcta; con seriedad, sinceridad y compromiso. Por ello antes que nada quiero expresar mi inmensa gratitud, respeto y admiración a mis dos maestros.

En ésta ultima oportunidad , en Octubre del 2016 , pude irme por un poco mas de un mes a vivir nuevamente en el ashram de la Bihar School of Yoga a realizar un curso residencial que no era un profesorado, ni un curso para aprender nuevas técnicas del yoga, sino un entrenamiento destinado a inspirarnos a profundizar más en nuestra experiencia del yoga como una sadhana personal  y como un estilo de vida para lograr desarrollar y expresar Satyam (la verdad), Shivam ( lo auspicioso o lo positivo) y Sundaram ( lo bello).

Estos tres aspectos Satyam, Shivam y Sundaram son la verdadera naturaleza de la vida que simplemente debemos aprender a reconocer y entender, y adoptar la filosofía y el estilo de vida que nos permita conectarnos con este aspecto de la vida.

El curso fue dado por Swami Niranjan, lo cual fue un gran privilegio. El poder tener clases dos veces al día con Swamiji fue una experiencia increíblemente valiosa, enriquecedora e inolvidable. Ninguno de los participantes podíamos imaginar que Swamiji daría todas las clases todos los días, pero para nuestra grata sorpresa así fue. Y todos los días íbamos con una sonrisa de oreja a oreja y con gran entusiasmo a todas las clases, charlas y programas del curso. No nos perdíamos ni una y anotábamos todo tratando de no perdernos de nada, hasta que un día swamiji dijo: “¡Aprovechen bien esos cuadernos , hasta la última hoja, porque el próximo año todos entran a la clase con las manos vacías !”

 

Hoy en día , que el yoga se ha vuelto viral y que existen miles de centros de yoga por todo el mundo y diversas “marcas” de yoga tales como aéreo yoga, hot yoga, cold yoga, surfyoga, snowyoga, y hasta doga( ¡dog yoga!) etc, que poco tienen que ver con lo que la tradición del yoga expone y propone, poder oír todos los días a nuestro maestro espiritual,un verdadero exponente de esta tradición conectándonos constantemente a través de sus palabras y de su ejemplo con la verdadera y ancestral cultura del yoga fue una experiencia transformadora y de profunda reconexión con la tradición y con el propósito con el que ésta fue establecida y desarrollada.

Día a día nos vimos motivados a reconectar con el Yoga Vidya , con la visión de los sabios y ascetas que desarrollaron y propagaron esta filosofía de vida.

 

Para los que aún no conocen a Swami Niranjan, el es el sucesor de Swami Satyananda Saraswati en la tradición de la Bihar School of Yoga. Swami Niranjananda Saraswati vivió desde los cuatro años de edad bajo la guía de su maestro recibiendo entrenamiento en todos los aspectos del yoga y es hoy una fuente de sabiduría de todos los aspectos: de la filosofía, la práctica y el estilo de vida del yoga.

Swami Niranjanda Saraswati , es un swami y un sannyas lo que quiere decir que es un monje renunciante de una orden que no es religiosa sino yóguica , creada por Adi Shankaracharya en el siglo 8 A.C con el fin de mantener a lo largo de los siglos viva la cultura y tradición del yoga.

Swami Significa “el maestro de si mismo” y sannyas significa renunciante. Se podría decir que los sannyasins y los swamis son monjes del yoga. Swami Niranjan dedicó y dedica su vida al estudio, perfección y propagación del yoga manteniendo y reviviendo constantemente la tradición ancestral tal y como fue enseñada por el primer yogui, el señor Shiva; sin cambiarla, sin alterarla sin diluirla. Manteniendo viva la tradición y la cultura del yoga, siguiendo así la instrucción de su maestro. 

 

En este curso además de tener a Swamiji como profesor ,nos dieron clases y charlas Swamis de muchos años de experiencia y compromiso con la tradición entre ellos, Rishi Arundhati con quién Swami Niranjan vivió en Canadá cuando tenia 12 años; y tuvimos la suerte de oír algunas anécdotas acerca de swamiji cuando era chico que nos permitieron conectarnos con él en un plano mas profundo.

Tenemos mucha suerte de tener a un ser como Swami Niranjan guiando nuestro camino espiritual. Imagínense la suerte de tenerlo como profesor todos los días durante el mes. Al terminar el curso todos nos sentimos bendecidos y sumamente agradecidos por la forma humilde, despojada, profunda y a la vez simple en que el conocimiento nos fue dado. Recibimos un tesoro y nos fue dada la misión de saber honrarlo y compartirlo con dignidad, honor, sinceridad, seriedad y compromiso respetando su origen, su propósito y su forma.

No necesariamente aprendimos muchas técnicas o practicas nuevas, lo nuevo estuvo en la profundidad del conocimiento, la intensidad de la practica y la guía e inspiración constante del maestro.
En el camino espiritual es muy importante poder estar cerca del maestro. En la India tradicionalmente son 12 años los que un discípulo tiene que pasar con su maestro para poder aprender de su ejemplo y su sabiduría. El maestro enseña de muchas formas , a través de charlas, clases, reglas, instrucciones, consejos, llamados de atención y la más importante: a través del ejemplo. Y para poder seguir ese ejemplo es importante poder pasar un tiempo con el maestro y eso es lo que nos motiva a seguir yendo al ashram cada año , no solo a participar de los cursos sino a ver a Swami Niranjan y poder seguir sus instrucciones y su ejemplo. El sabio enseña a través del ejemplo.

 

Swami Niranjan declaró el mes de Octubre como el mes de la felicidad en el ashram. Desde el primer día nos informó que habíamos llegado en el mes de la felicidad y que el que no estuviera dispuesto a sonreír y hacer sonreír a otros podía volver por donde vino. Lo decía en serio. A pesar de decirlo con una gran sonrisa, lo decía en serio.

Cada día que teníamos clase con él , no faltaba el momento en que nos hiciera reír, a veces hasta le pedía a algún swami que contara algún chiste solo para reírnos e incrementar la cantidad de horas de felicidad. Swami Niranjan decía que cada día hay que tratar de ser un minuto mas felíz que el día anterior, y así poco a poco ir incrementando el tiempo y el nivel de felicidad y reduciendo el tiempo de sufrimiento e infelicidad.

Constantemente nos pedía que cultivásemos el primer yama del yoga: Manas prasad , la felicidad ;el primer requisito para poder seguir avanzando en el camino del yoga. El primer Yama del Yoga. No del raja yoga, o del bhakit yoga o del hatha yoga. El primer Yama de la tradición del yoga : Manas prasad. Ser feliz.

Cultivar este Yama nos permite conectarnos con lo bueno en la vida, desarrollar lo positivo y establecernos en las cualidades de contentamiento y satisfacción; en el comportamiento piadoso y correcto.”

EL propósito del Yoga es experimentar Ananda , la dicha eterna , pero el primer paso para caminar hacia esa dicha eterna es el cultivo de Manas prassad: La felicidad.

“Si te preguntan porque estas felíz; a eso responde , ¿y porque no?”

Así, pudimos entender que los yamas no son códigos de conducta o restricciones creados de la percepción de un yogui como todos solíamos pensar, sino que son estados de de la mente que uno se esfuerza por conseguir para poder seguir avanzando en el camino del yoga.

Por eso siempre los yamas y niyamas son lo primero con lo que uno debe trabajar, incluso antes que las asanas. Y es algo que la mayoría de practicantes y profesores dejan de lado. Sin cultivar los yamas, es decir sin trabajar en crear un estado mental adecuado no va a ser posible avanzar en los siguientes aspectos del yoga. Y el primer yama a cultivar es Manas prassad: la felicidad. Sin esta motivación, sin esta inspiración uno no puede avanzar. La naturaleza de la mente no cambia hasta que uno se esfuerza por ser felíz y es felíz. Cuando el estado de la mente es feliz , la mente se vuelve receptiva.

Tan solo intenten dibujar una sonrisa en su rostro y verán como en cuestión de segundos el estado mental cambia. De la misma forma si le sonríen a otras persona, le contagian las ganas de sonreír y la ayudan a cambiar su estado mental. ¡inténtenlo! y gradualmente aumenten el tiempo en que mantienen esa hermosa sonrisa. ¡Hoy 1 minuto mas que ayer!

¡No sonreír no estaba permitido en el ashram! ¡Y menos en el mes de Octubre!

 

Es como si hubiese una cuerda, el principio de esa cuerda es la felicidad y el final es la dicha eterna. Si tomamos esa cuerda y empezamos a avanzar y avanzar y avanzar, eventualmente, si seguimos avanzando llegaremos al final : Ananda. Pero hay que empezar por el principio. Muchos practicantes de Yoga pretenden alcanzar la meta última sin haber empezado por lo primero.

El cultivo de manas prasad fue uno de los puntos mas importantes del curso. Recordarnos todos los días sonreír , intentar ser felices y hacer felices a otros. Swamiji no los recordaba todos los días ¡2 veces al día! Y nos pidió que al salir del ashram llevemos esa felicidad afuera y la contagiemos.

De la práctica de este Yama, Manas prasad, surgió una bella canción:

“El momento de ser felices es ahora, y el lugar para ser felices es aquí y la forma de ser felices es hacer a otros felices y traer un pedacito del cielo aquí” ( Imagínenlo con una linda melodía y en ingles, era una canción pegajosa y alegre) 

A lo largo del curso nos vimos siempre expuestos a las brillantes palabras de Swamiji que tienen la magia de ser entendidas perfectamente a pesar de que el conocimiento dado sea complicado y la clase fuese realmente intensa , al ser explicado por swamiji todo es comprendido y asimilado y se da la posibilidad de ser puesto en práctica con facilidad.

Sus frases llenas de sabiduría acompañan todos mis días y todas mis acciones:

 

“No piensen que son yoguis por virtud de cerrar los ojos . Mas bien mantengan siempre los ojos bien abiertos, conviértanse en testigos de todas sus acciones, reacciones, interacciones comportamientos y actitudes y desarrollen la calma ,la simplicidad, la compasión y el discernimiento; dominen la ira, la lujuria , los celos, el egoísmo, la codicia y la envidia y compórtense con dignidad, honor y rectitud y así serán verdaderos yoguis”.

– Swami Niranjananda Saraswati-

LA RUTINA Y LA VIDA DEL ASHRAM

El día para mi iniciaba a las 3:45 de la mañana para darme un baño de agua fría y poder hacer mi práctica personal con mucha cautela para no incomodar a mi compañera de cuarto; hasta las 5:15am, hora en la que salía a apagar todas las luces del ashram ( las que el día anterior prendía a las 5:30 pm) .

A las 6 am empezába la hora del karma Yoga.

La hora de limpieza. A algunas personas les tocaba limpiar los edificios donde residían, los baños, los pasillos, las escaleras, las ventanas etc, a mi me tocaba limpiar el salón donde teníamos las clases.

 

En la disciplina del karma yoga, no es lo que uno hace lo que cuenta o lo importante sino la actitud con la que uno lo hace.

 

Éramos tres personas para limpiar en 45 minutos un salón bastante grande.

Al principio nos demorábamos mucho y el trabajo parecía pesado pero una vez que nos organizábamos y dividíamos el trabajo terminábamos siempre a tiempo. El trabajo en equipo era fundamental y la comunicación entre el equipo también. Si cada uno hacía su parte con la mejor actitud y de la mejor forma posible, sin perder el tiempo de ninguna manera entonces el trabajo se hacía a tiempo y en forma excelente.

El objetivo del karma yoga es entrenarse en realizar un trabajo que debe ser hecho, sin esperar nada a cambio, simplemente porque debe ser hecho y te tocó a ti hacerlo; de la forma más eficiente y perfecta posible y en un tiempo determinado. Pasado el tiempo establecido para esa tarea, se haya terminado o no, la hora de karma yoga finaliza y se pasa a la siguiente actividad. Por lo tanto uno aprende a economizar el tiempo.Uno se vuelve mas eficiente y eso se traslada luego a todo lo que uno hace.

Hay que tener en claro que cualquier otra persona podría hacer el mismo trabajo, no es que tu seas esencial de ninguna forma , te tocó a ti hacerlo , debe ser hecho y lo haces, como una cuestión de deber y sin obtener nada a cambio.Uno lo hace con la mejor predisposición y además con una gran sonrisa

En el karma yoga la repetición es clave. Al hacerlo todos los días siempre íbamos encontrando una forma mas eficiente de hacerlo y terminar todos a tiempo para la hora del desayuno.

Lo importante de esta práctica es desarrollar la actitud correcta, el desapego al resultado de la acción y hacerlo lo mejor posible.

La enseñanza es simple: cualquier cosa que uno haga ya sea limpiar los baños, tocar un instrumento, cocinar, servir la comida, tender la ropa, etc, hacerlo bien.

 

El desayuno era a las 7 am . bajábamos las escaleras para ir a tomar el desayuno en silencio.

Después de caminar todo el ashram prendiendo las luces y limpiar el salón de clase, el desayuno venia muy bien.

El desayuno en el ashram era muy variado , ¡pero siempre había chai! Algunos días de desayuno había una especie de arroz amarillo con verduritas, otro día tostadas con un POQUITO de mantequilla de maní hecha en el ashram, otro día arroz inflado con porotos, otro día fideos salteados con verduras, la verdad muy variado y hasta un día ¡Pop Corn! ¡De desayuno! ¡Muy interesante!

En el ashram la comida es prassad ( alimento ofrecido al supremo) así que se acepta siempre con gratitud y lo ideal es servirte en el plato solamente lo que vayas a comer así no se debe tirar la comida.

A las 7:30 era la primera clase del día. ¡Antes de la clase ya habíamos hecho tantas cosas!

Los primeros días del curso hacia muchísimo calor, 30 grados desde temprano. Cuando llegábamos al desayuno parecía que hubiese llovido sobre nosotros. Cuando nos quedábamos quietos gradualmente nos íbamos secando ¡con el mismo calor! Realmente hacia muchisimo calor, y ¡estabámos en primavera!

No teníamos tiempo para bañarnos luego, ya que la clase empezaba a las 7:30.

Para llegar a clase teníamos que subir nuevamente.

Todos los días subíamos 230 escaleras 2 veces al día, a veces 3 ( mis compañeros uruguayos las contaban). Uno de ellos acababa de estar en Cusco, en Perú, y siempre me decía que subir a clase era casi como subir a Machu Picchu. La clase quedaba en una colina básicamente. Así que el desayuno venia bien. Al principio todos comíamos poco desayuno , como la clase era a las 7:30 no queríamos tener el estómago lleno para clase pero al pasar los días nos dimos cuenta que una vez que subíamos “la colina” compuesta de 230 escaleras ya el desayuno había sido bastante digerido.

 

La clase empezaba a las 7:30. A las 7:20 teníamos que estar ahí. Pero todos llegábamos a las 7:15 a mas tardar.

En el ashram todos somos puntuales ,¡extra puntuales! Es parte de la disciplina adquirida al haber ido varias veces. Uno va adoptando la rutina del ashram y el estilo de vida también. Por eso es bueno ir con frecuencia. Se va sembrando el hábito.

Subíamos rápido las escaleras porque queríamos llegar temprano a la clase para poder sentarnos en un lugar cerca de Swami Niranjan para poder prestarle completa y total atención. Nadie quería estar atrás.

La clase de las mañanas era de Asanas, pranayama , mudras y bandas en un nivel mas avanzado de lo usual. El foco no era la dificultad o lo novedoso de las asanas o el pranayama o los mudras o las bandas sino la profundidad de la experiencia. Incluso y sobre todo en savasana buscábamos lograr la experiencia mas profunda.

 

El curso está dirigido a alumnos de varios años de práctica, que hayan realizado los cursos en el ashram y/o que sean profesores de Satyananda Yoga.

La clase duraba 2 horas. Y en esas dos horas profundizábamos en nuestra experiencia de cada una de estas prácticas guiados por Swamiji.

Muchos de nosotros como parte de nuestra sadhana practicamos los Yoga Nidras de Swami Niranjan todos los días en casa y oímos los satsangs dádos por él, entonces estar en las clases era como ir a un concierto en vivo de tu artista favorito. ¡Inolvidable!

La clase terminaba a las 9:30 pero casi siempre Swamiji se extendía y terminábamos a las 10. Nos encantaba que Swamiji se extendiera hablando en las clases. Todo lo que decía tenía relevancia y ampliaba nuestro entendimiento.

Luego de la clase de la mañana teníamos Karma Yoga nuevamente. Algunas veces en la cocina otras veces limpiando , otras veces en el jardín , depende de lo que necesitara ser hecho en ese día y a esa hora.

A las 10:30 empezaba el canto del Sundarakand del Ramacharitamanasa, que cuenta la historia de Hanuman y como este fiel devoto del señor Rama salva a Sati de las manos de Ravana, el demonio de las 10 cabezas. En otro relato les contare un poco mas acerca de esta historia que está llena de enseñanzas.

Todos los días de 10:30 a 11:30 am teníamos esta sadhana. Y el propósito de la misma es desarrollar una mente positiva.

¡Jay sri Ram!

Recuerdo que , no en esta oportunidad sino el año pasado en que me quedé por cinco meses en el ashram, habían días en que extrañaba a mi esposo, como comprenderán no se podía usar celulares y la única forma de comunicación era a través de un teléfono del ashram en el que se podía hablar únicamente por 3 minutos por reloj y en un horario determinado, a las 12:30 del medio día, que en Buenos Aires eran las 3:00 de la mañana. Además solo hay un teléfono por lo cual lógicamente se forma una gran fila de las personas del ashram que quieren llamar. Lo bueno es que cada persona solo puede hablar por 3 minutos por lo cuál la fila no demoraba demasiado, pero aun así, habían días que iba a hacer la fila y cuando me tocaba a mi ya era la hora de cerrar el teléfono. Así que tenía que volver al día siguiente. A veces volvía al día siguiente y no funcionaba el teléfono y nadie podía llamar.

Además al ser en Buenos Aires las 3:00 am cuando lograba llamar, el pobre YogaBrahmananda atendía el teléfono medio dormido y para el momento en que ya estaba completamente despierto y podíamos hablar, ya habían pasado dos minutos y medio por lo tanto nos quedaban treinta segundos para decir al menos estoy bien, te extraño y te amo.

Y con eso bastaba.

Opté por utilizar otro medio de comunicación, Las cartas. Si, las cartas con papel y lápiz. Pocas veces había mandado cartas. Yo ya soy de la época del e-mail. Esta opción no existía por lo cual empezámos a mandarnos cartas y fue una hermosa experiencia. A mis padres también intenté mandarles cartas, pero no les llegó ninguna.

En las noches escribía todo lo que me había sucedió en el día , como en un diario , y después de tres o cuatro días de contarles por escrito lo que iba a haciendo se los enviaba en una carta. La cual demoraba mas de un mes en llegar a Buenos Aires y/o a Perú, y algunas ni siquiera llegaron.

Las que ellos me mandaron a mi si me llegaron, ¡casi todas!

Era una alegría inmensa recibir esa carta que había estado esperando tantos días a pesar de que la información que contenía ya era de hace varios días atrás. Es muy distinto recibir una carta y recibir un mail. En el mail la información es del día a mas tardar del día anterior o unos cuantos días atrás , pero al recibir la carta ya tenia un mes de retraso, pero aún así ¡era un néctar leer esas cartas!

El día que llegaba la carta nos iban a buscar a donde fuese que estuviésemos a avisarnos que habíamos recibido una carta , ¡era la gran noticia del día !

 

Munger, el lugar donde está ubicado el ashram, es un pueblito bastante alejado de lo que podría ser una gran ciudad. Está a cinco horas de Patna una ciudad no muy grande, y Patna esta a una hora y media de Delhi en avión. Por lo tanto las cartas demoran un poco en salir de Munger y en llegar a Munger. De la misma forma que el teléfono aveces funciona y a veces no.

La cuestión es que un día yo estaba un poco triste porque no había recibido noticias de mi esposo o de mi familia hace un tiempo y no había podido llegar al teléfono hace otro tiempo. Un Swami me dijo: “va a ver que si usted asiste la práctica del Sundarakand todos los días va a poder transformar esa tristeza en más amor” y así fue, todos los días de esos cinco meses fui a la práctica del Sundarakand y podía ver claramente que mi mente se iba volviendo cada vez mas positiva. Con menos espacio para la negatividad, la pena o el pesimismo.

La vibración de los mantras penetran en la mente y la conciencia de una manera muy intensa, dramática y profunda. No hay otra práctica que tenga ese efecto sobre la mente y la conciencia como lo tienen lo mantras.

El canto del Sundarakand dura una hora. No es fácil seguir la velocidad, el ritmo, la melodía y al mismo tiempo leer. Pero como con todo, con la práctica, la constancia , la repetición y la perseverancia todo se logra. Lo importante es saber para qué, con que propósito es que uno hace cada practica. Siempre antes del canto repetíamos mentalmente un sankalpa para desarrollar una mente positiva.

A las 11:30 era el almuerzo. Algunas semanas me tocaba servir el almuerzo otras el desayuno y otras la cena. En los momentos de las comidas se guarda absoluto silencio. Se practica mouna. Todos agradecemos la comida en silencio y comemos en silencio. Al poder comer en silencio podía reconocer y apreciar los sabores de cada verdura, de cada especie y hasta del arroz. La energía que normalmente empleamos hablando y expresando lo que sentimos se emplea en la digestión del alimento.

Luego del almuerzo teníamos un momento de descanso. Veníamos despiertos y activos desde las 3:45 por lo que un momento de descanso después del almuerzo era excelente.

Antes de descansar y mientras digería la comida, aprovechaba el tiempo para lavar mi ropa, limpiar mi habitación, pasar en limpio las anotaciones de la clase y luego ponía un yoga nidra y descansaba profundamente.

A la 1:30 era la hora del té. Yo no iba nunca porque a las 2 empezaba la clase de la tarde y sabía que si tomaba líquido iba a tener que interrumpir la práctica. Aprovechaba el tiempo para darme un baño. A esa hora no había fila.

Ésta clase era de Yoga Nidra, introspección de los sentidos y concentración.

La clase nos la daba Swami Vedantananda. Sus clases de Yoga Nidra para mi serán inolvidables. El yoga Nidra que nos daban era un yoga nidra avanzado con visualizaciones especÍficas de los chakras, los yantras, los Tatwas, los beeja mantras y visualizaciones guiadas muy profundas.

La clase duraba 1 hora. De 2 a 3. Teníamos que hacer un gran esfuerzo para no dormirnos. Por eso yo hacía un yoga nidra antes en mi cuarto para poder permanecer despierta y atenta en las clases ¡Este era el secreto!

Más adelante en la segunda semana empezámos con la prácticas mas avanzadas de introspección de los sentidos, concentración y meditación.

A las 3:15 teníamos sesión de estudio con Swamiji. Los primeros días en estas sesiones leíamos un libro y lo comentábamos. Los siguientes encuentros empezamos a abordar el tema de Tatwa Shuddhi 1 y 2. Y más adelante el tema de Raja Yoga.

¡Estas sesiones de estudio fueron sumamente valiosas, profundas e intensas! Teníamos la posibilidad de hacer preguntas y profundizar realmente en nuestro entendimiento del conocimiento para luego ponerlo en practica.

Avidya, la ignorancia, es tener conocimiento y no saber aplicarlo. Es decir, simplemente acumular conocimiento. Por eso conectarnos con el conocimiento, vidya, y entender como aplicarlo fue parte fundamental de este entrenamiento.

La sesión de estudio terminaba a las 4:30 y nuevamente a veces Swamiji se extendía hasta las 5 y ¡nos encantaba!

Luego de la sesión teníamos nuevamente karma yoga, casi siempre en el jardín o en la cocina y a las 5:30 era la hora de la cena.

La comida en el ashram es simple y muy rica. Normalmente en la cena comíamos chapatis ( un pan hindú sin levadura) con sabji( verduras salteadas con especias) o alguna sopa de porotos moong. A excepción de los sábados que siempre había algo especial, alguna comida típica de la india o a veces en días festivos para consentir a los occidentales pizza o pasta ( al estilo hindú por supuesto) y ¡leche chocolatada!

En los días de semana el almuerzo casi siempre era daal con arroz, o alguna legumbre ,como porotos, garbanzos o lentejas con arroz. Los sábados siempre, siempre , siempre: Kitchari, el manjar de los dioses , y los domingos: Sambar , una forma de cocinar las verduras del sur del a India, siempre, claro ,acompañado de arroz.

Los horarios de las comidas son fijos, no se come entre las comidas, no existe la posibilidad de tener ganas de comer una fruta , un chocolate o una galletita porque no hay dónde comprarlo,simplemente aceptamos lo que el ashram nos da. Esto otorga mucha disciplina y control sobre los sentidos.

Si uno quería comprar algo podía hacerlo los jueves; día en que venía al ashram el market man ( el hombre de mercado), y al igual que el teléfono había que hacer una larga fila y esperar a que todos le pidan al hombre del mercado todo lo que necesitaban, para luego uno pedir y luego esperar hasta la próxima semana , el jueves , para recibir el pedido. Lo gracioso es que el market man no hablaba muy bien inglés y menos lo entendía ,entonces muchas veces te traía algo completamente diferente a lo que habías pedido. Había que pasar por todo eso si uno quería comprar algo aparte. Habían los que lo hacían y los que no. Está esa posibilidad.

Si uno quería salir del ashram para ir al pueblo, tenía que pedir un gate pass ( un permiso firmado por la persona encargada ). Si era para algo urgente y necesario quizás te lo daban , en un par de días; si no era urgente, quizás no te lo daban . La verdad que era mejor no salir del ashram para poder permanecer enfocado en lo que uno va a hacer. Después de estar un tiempo dentro del ashram se está más sensible y cuando uno sale al pueblo, puede ser realmente abrumador. El desorden, el ruido y el caos. Si no es necesario y urgente es mejor no salir.

Las reglas del ashram son puestas por Swami Niranjan y son dicsiplinas que están establecidas de esa forma para permitirnos concentrarnos y conectarnos con el estilo de vida y la disciplina del yoga.

 

Luego de la cena teníamos el programa de la noche a las 6:30. En este programa entonábamos distintos mantras de los vedas y upanishads y al final siempre un kirtan.

También en ciertas oportunidades tuvimos charlas dadas por dos Swamis de muchos años de experiencia en el tema de yoga para niños, una de ellas Swami Yoga Bhakti de Francia dedicada a Promover el yoga en las escuelas y Rishi Arundhati de Canadá dedicada a promover el yoga para niños.

Swamiji nos dió la nueva misión de llevar el yoga a los niños ya que ellos son el futuro de la humanidad y para que podamos llevar a cabo esa misión durante algunos programas de la tarde tuvimos la oportunidad de escuchar a estas dos swamis contando su experiencia, dándonos ciertos consejos y respondiendo a nuestras preguntas. Fue muy interesante y muy alentador.

A las 7:30 pm ya terminaba el programa y en silencio todos íbamos de regreso a nuestros edificios ya para ir a dormir.

Claro que antes de dormir había que hacer algunas cosas como a veces traer la ropa que habíamos lavado, bañarnos, lo que incluía hacer la fila para la ducha y esperar, pasar en limpio lo escrito en clases y hacer nuestra sadhana de las noches.

Después de todo eso, alrededor de las 8:45 o 9 nos íbamos a dormir. Finalmente.

Una regla del ashram es que desde las 6pm hasta las 6am se practica mouna, silencio, al igual que durante las horas de la comida.

El silencio en esos momentos es ideal para uno poder practicar tranquilo y descansar después de un largo día.

Paralelamente al curso la vida en el ashram formó parte fundamental del entrenamiento. Convivir todos los días en una habitación pequeña con una persona desconocida y mantener silencio durante la mayor parte del tiempo que se está en la habitación es una práctica en sí. Mantener la habitación ordenada y limpia también, saber respetar y entender si la compañera desea el ventilador o apagar o prender las luces y mantener siempre la armonia y la tranquilidad tambien. Es la práctica de la convivencia y el aprender y practicar ser considerados y amables. Adaptarse y ajustarse y acomodarse.

Junto con la vida del ashram y el curso, los domingos realizábamos los shatkarmas. Las prácticas de limpieza y purificación del cuerpo fisico y orgánico del Yoga que tienen un profundo impaccto en el cuerpo mental y energético. Realizábamos el laghoo shankprakshalana, kunjal kriya y Jala neti . Éramos quizás 80 personas en total haciendo los shatkarmas los domingos. Fueron una práctica importante a lo largo del curso. La pureza del cuerpo, la mente, el corazón y las acciones son un aspecto fundamental del yoga.

 

Luego de los shatkarmas continuábamos el día como siempre , y los domingos siempre en el ashram teníamos satsang con Swami Niranjan. Sat-sang significa estar con la verdad, o en presencia de la verdad. El satsang es una charla que da el maestro a la que asisten todas las personas que están viviendo en el ashram en ese momento y también algunas personas invitadas. En esa charla Swamiji habla de algún tema especifico que pueda inspirar a todos y también responde varias preguntas que han sido previamente puestas a lo largo de la semana en la caja de preguntas.

El entrenamiento del ashram enseña a utilizar cada momento del día de la forma mas provechosa, a estar siempre en el momento presente y volverse cada vez mas eficiente en lo que uno hace. Ya sea lavar la ropa, limpiar la habitación, cortar las verduras, limpiar las ventanas o prestar atención en una clase. Sea lo que sea que uno esta haciendo la idea es hacerlo de la forma mas eficiente y perfecta posible.

. El ashram es un lugar donde no existe lugar para la distracción. Todos los artefactos eléctricos están prohibidos, celulares, computadoras, ipad, cámara de fotos etc, ¡Ni siquiera hay enchufes en los edificios como para cargar ningún aparato!

Es un lugar donde se practica austeridad. La asuteridad también es un proceso de purificación que tiene que ver más con el aspecto mental. Las camas son de madera y los “colchones” tan delgaditos que es casi como dormir sobre la madera; no se si en occidente lo llamarían colchón jaja! Uno se acostumbra.

No hay agua caliente. En el verano esta perfecto porque hace muchísimo calor pero cuando se acerca el invierno se convierte en otra austeridad. La temperatura baja muchísimo pero el agua es siempre fría. A veces somos muchas personas en el edificio podemos ser 70, y hay solo 4 “duchas”, (realmente son baldes y un jarrito para echarse el agua) ,por lo que hay que reflexionar bien cuales son los mejores momentos para tomar un baño.

Se mantiene silencio mientras se come y mientras se esta en la habitación. Por todos lados hay siempre cartelitos recordándonos las disciplinas, por ejemplo en la habitación hay un cartel que dice: “ La forma en que utilizas los ventiladores y las luces refleja el estado de tu mente” , en los baños: “el agua es el elixir de la vida, cada gota cuenta” , en el lugar donde comemos y los salones de practica: “ Por favor practica mouna”, ” Hablar es humano; el silencio es divino”.

El ashram es un lugar donde la disciplina forma parte de la rutina diaria.

La Bihar School tiene la reputación de ser uno de los ashrams mas estrictos de la India.

Un ashram no es un retiro o un lugar para escapar de la vida y mucho menos un lugar de vacaciones , es un lugar donde se vive de forma muy simple, dónde uno tiene la posibilidad de desarrollar una actitud positiva y un entendimiento de la acción desinteresada. Es un lugar de inspiración, no de predica o enseñanza.

Un lugar donde uno tiene la posibilidad de trabajar duro en pulir su personalidad de manera que gradualmente uno pueda ir expresando su lado mas luminoso y creativo.

Uno debe ser fuerte para poder seguir la rutina del ashram, no solo físicamente sino también psicológicamente. La vida en el ashram es rigurosa. Hay personas que viven en el ashram hace mas de 10, 20, 30 ,40 años, hay personas que van por periodos de tiempo 2,3,4,5,6 meses , 1,2,3 años y personas que van por 7,10,15,20 días.

El consejo e instrucción de Swami Niranjan es ir al ashram todos los años, a recargarse de energía, de inspiración y motivación.

Y así tratamos de hacerlo. Hasta el momento lo hemos logrado con éxito si Dios lo permite ,pensamos seguir yendo a inspirarnos y poder compartir luego esa inspiración con todos.

 

A los que llegaron hasta el final de mi relato espero les haya sido de alguna forma ameno.

 

Mi experiencia en el ashram ha sido siempre positiva y ha creado muchos cambios en mi personalidad. Desde la primera vez que fui hasta el día de hoy puedo ver grandes cambios y todos se los acredito a las visitas al ashram y a mi sadhana personal.

 

Cada vez que vuelvo del ashram mi disciplina y mis buenos hábitos se ven fortalecidos.

Los horarios de las comidas en el ashram son los horarios ideales. Es decir Los sabios recomiendan tomar las comidas siempre con luz del sol. El desayuno temprano por la mañana poco después de la salida del sol, el almuerzo un poco antes de que el sol este a pleno, y la cena antes de la puesta del sol. En estos horarios el fuego digestivo esta funcionando en su mejor potencia y la comida se digiere de forma fácil. Es difícil mantener estos horarios de las comidas al volver a casa pero podemos ajustarlo para que sea lo mas cercano posible. Lo mismo con la hora de ir a dormir y de levantarse.

La rutina del ashram crea los cimientos perfectos de disciplina para que uno luego pueda trasladarlo a su vida diaria. Y esto es muy positivo porque al seguir esos horarios nos conectamos con el ritmo y el reloj de la naturaleza.

Al regresar del ashram vuelvo recargada y mantengo los más cercano posible los horarios de dormir, levantarse, desayunar, almorzar y cenar. Mientras más uno visita el ashram y se expone a este tipo de vida , los horarios, el trabajo, los programas, la falta de televisión, radio, cine y distracción y hasta el clima intenso, uno se vuelve mas fuerte, mas capaz, mas hábil, mas libre, mas abierto y con la capacidad de adaptarse a todo.

 

El ultimo día del curso nos dieron los certificados de haber terminado satisfactoriamente el “Yoga Vidya training course” y las ultimas palabras del cierre del curso de Swamiji fueron:

 

“Utilicen el conocimiento y la sabiduría de forma correcta, sean responsables. La utilización responsable del conocimiento siempre lleva al crecimiento mientras que la utilización irresponsable del conocimiento siempre lleva a la destrucción. Su responsabilidad es conectarse con la sabiduría y el conocimiento, tener un pensamiento claro e independiente, ser responsables de sus propios esfuerzos, ser perseverantes proteger y promover el yoga vidya que es parte de la herencia de la humanidad.

Mantengan la pureza de su intención y trabajen con convicción, seriedad y compromiso. Mantengan la conexión con la visión y la misión del Yoga y de nuestra tradición.

Vivan lo aprendido. Practiquen ir cada vez mas profundo en su experiencia y compromiso con su sadhana

¡Hagan el bien, sean positivos, hagan lo correcto ,lleven el bien a todos lados y sean buenos!”

Ese mismo día , muchos de mis compañeros ya volvían a sus países o a sus casas o a seguir viajando por India. Yo me quede dos días mas y luego emprendí mi viaje de regreso a casa. Un viaje largo, largo, muy largo.

Extraño a Swamiji y a la comunidad del ashram todos los días, jamás olvidare este curso, a todas las personas maravillosas que participaron junto conmigo de él y veo con mucho entusiasmo volver al ashram pronto y reencontrarme con todos.

Swamiji nos advirtió que este sentimiento que teníamos en el ultimo día de clase, el sentimiento de separación, iba a ser lo que nos hiciera volver al ashram, y veo que tiene razón. Como siempre.

 

¡Hari Om Tat Sat!

SIDDHI ॐ